POR LLENNIS JIMÉNEZ
Freddy Antonio Abreu recibió la condena de cinco años de cárcel por violación postrado en una silla de ruedas, con el lado izquierdo muerto por tres derrames cerebrales y con una escoriasis que lo obliga a rascarse todo el cuerpo incesantemente.
Todo el que se siente en su silla saldrá infectado con la enfermedad de la piel que amenaza con destruirle los tejidos y causarle escamas.
La pena se la impusieron los jueces del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, al hallarlo culpable de frotarse los genitales delante de una niña de siete años de edad, a la que supuestamente intentó tocarle su parte íntima.
Abreu es señalado por el delito cometido el año pasado contra la menor, hija de una mujer que laboraba en una banca deportiva establecida en el edificio al que le daba mantenimiento desde hacía 11 años.
El personal de la cárcel de Najayo Hombre lo envió al tribunal con la ropa sucia, sin zapatos y en ropa interior.
La menor afirma haber visto a Abreu manipularse sus órganos sexuales en cuatro ocasiones.
En tanto, la madre indicó que cuando comenzó a sospechar no se despegaba la pequeña del negocio que atendía.
En su testimonio a los jueces Sarah Veras, Teófilo Andujar e Ingrid Fernández, la mujer dijo que está segura de que un día impidió que Abreu “dañara a la menor”.
Sin embargo, Abreu negó los cargos.
El hombre que laboró en un edificio de la avenida Lope de Vega y que por momentos olvida los hechos, dijo que en su trabajo no tuvo falta.
Los jueces castigaron el delito que se le imputó y por el que Abreu pagó el primer día que llegó a la cárcel, al sufrir el primer derrame.
Secuelas de los derrames
El imputado que parece estar trastornado, no podrá resistir otro accidente cerebrovascular.
Se le dificulta estar de pie y la comida se le sale de la boca por el lado que perdió la sensibilidad.
Su situación causa una colisión del Derecho.
Negligencia
Ahora le corresponde al juez de la Ejecución de la Pena evaluar su enfermedad incurable.
Un juez planteó ayer el deterioro de la salud de Abreu, quien no recibe atenciones ni medicamentos en la cárcel de Najayo, y dijo que esto ocurre porque la Dirección General de Prisiones no funciona.
La pena se la impusieron los jueces del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, al hallarlo culpable de frotarse los genitales delante de una niña de siete años de edad, a la que supuestamente intentó tocarle su parte íntima.
Abreu es señalado por el delito cometido el año pasado contra la menor, hija de una mujer que laboraba en una banca deportiva establecida en el edificio al que le daba mantenimiento desde hacía 11 años.
El personal de la cárcel de Najayo Hombre lo envió al tribunal con la ropa sucia, sin zapatos y en ropa interior.
La menor afirma haber visto a Abreu manipularse sus órganos sexuales en cuatro ocasiones.
En tanto, la madre indicó que cuando comenzó a sospechar no se despegaba la pequeña del negocio que atendía.
En su testimonio a los jueces Sarah Veras, Teófilo Andujar e Ingrid Fernández, la mujer dijo que está segura de que un día impidió que Abreu “dañara a la menor”.
Sin embargo, Abreu negó los cargos.
El hombre que laboró en un edificio de la avenida Lope de Vega y que por momentos olvida los hechos, dijo que en su trabajo no tuvo falta.
Los jueces castigaron el delito que se le imputó y por el que Abreu pagó el primer día que llegó a la cárcel, al sufrir el primer derrame.
Secuelas de los derrames
El imputado que parece estar trastornado, no podrá resistir otro accidente cerebrovascular.
Se le dificulta estar de pie y la comida se le sale de la boca por el lado que perdió la sensibilidad.
Su situación causa una colisión del Derecho.
Negligencia
Ahora le corresponde al juez de la Ejecución de la Pena evaluar su enfermedad incurable.
Un juez planteó ayer el deterioro de la salud de Abreu, quien no recibe atenciones ni medicamentos en la cárcel de Najayo, y dijo que esto ocurre porque la Dirección General de Prisiones no funciona.