La Trinitaria
Las luchas de ayer de los dominicanos fueron por ideales de independencia, las de hoy son en contra de la corrupción, la impunidad y el abandono de los pobres
POR LLENNIS JIMÉNEZ
Sus ideales fueron
la libertad, la independencia y la soberanía. Fue fundada a las 11:00 de la
mañana del 16 de julio de 1838, en una casa sencilla. Con ella se inicio la
lucha contra la invasión haitiana en el territorio dominicana, cuatro años
antes de que se lograra la independencia de la República Dominicana.
Sus ideólogos,
nueve hombres que como ellos ya no aparecen en el mundo, se reunieron en una
vivienda sin lujos en la calle del Arquillo, número 155, ahora denominada Arzobispo
Nouel, para realizar la hazaña. A la cabeza estaba el patriota Juan Pablo Duarte.
Los trinitarios plean las estrategias a seguir.
La Trinitaria era
una sociedad secreta. Sus integrantes fueron Juan Pablo Duarte, Juan Isidro
Pérez, Pedro Alejandrino Pina. Félix María Ruiz, José María Serra, Felipe Alfau.
Juan
Nepomuceno Ravelo, Benito González y Jacinto
de la Concha. Se unieron en grupos de tres miembros.
La propietaria de
la cada era doña Josefa Pérez de La Paz, conocida como Chepita, madre del
trinitario Juan Isidro Pérez.
La misión de los trinitarios
era accionar en buscar de librar a los dominicanos de la dominación haitiana y
para eso, era necesario crear conciencia en el pueblo. La ocupación haitiana
que se inició en Santo Domingo el 9 de febrero de 1822, bajo el mando del
general haitiano Jean-Pierre Boyer. Permaneció durante 22 años.
Terminó el 27
de febrero del 1844, día en el que los dominicanos proclamación su Independencia
Nacional y dio paso a la Primera República.
La Trinitaria fue
respaldada por la sociedad La Filantrópica, ambos movimientos clandestinos. También
fue fundada por los trinitarios, para difundir más rápido las ideas
independentistas, con el lema “Paz,
Unión y Amistad”. El drama fue una pieza clave para propagar el pensamiento de
estos jóvenes, ya que Duarte sabía la eficacia del teatro en las luchas
revolucionarias, como lo aprendió durante sus años de estudios en España.
Como se ve, las
relaciones con Haití, pese a estar ubicada en la mitad del territorio de la
isla La Española (nombre que desapareció con la Independencia dominicana), han
estado marcadas por una guerra encarnecida.
Los dominicanos
han vivido invasión, tras invasión. Los trinitarios surgen hastiados de la
ocupación, incluso de la española. Para ese tiempo, se vivía la época denomina “La
España Boba", entre 1809 y 1821, cuando España se desintereso de la Santo
Domingo, a la que consideraba Colonia, debido a que estaba guerra con Europa y
perseguía territorios más ricos en México, Centroamérica y Sudamérica, esto así
porque en Santo Domingo se agotaron las riquezas que los atraían y las que se
había llevado.
Independencia Efímera.
Aquí se apresuran los deseos de declarar el territorio dominicano libre de
ocupación por parte de un sector, pero no resultó posible. Fue proclamada por el
joven abogado José Núñez de Cáceres, el 1 de diciembre de 1821. Apenas duró dos
meses y ocho días hasta el 9 de febrero de 1822. De ahí, el nombre de
Independencia Efímera.
Núñez de Cáceres
dirigió el proceso junto a comerciantes y hateros. No le consiguió apoyo del libertador
venezolano Simón Bolívar dentro de los países que formaban Gran Colombia, ya
que en ese momento Bolívar luchaba en Ecuador contra los españoles.
Frustrada la
Independencia Efímera, Boyer aprovecha para tomar a Santo Domingo el 9 de
febrero de 1822 y por 22 años. Esta ocupación terminó con la Independencia
Nacional el 27 de febrero de 1844.
Juan Pablo Duarte
era joven, educado, un auténtico nacionalista, y el hombre que ayudó a dirigir
e inspirar la Guerra de la Independencia de 1844. Duarte, junto con varios
liberales dominicanos fundó una sociedad secreta en 1838 llamada La Trinitaria.
Fue nombrada así porque sus nueve miembros originales se habían
Juramento. Los
trinitarios necesitaban seguidores, por eso, se desplazaron a los distintos pueblos
a sumar fuerzas y conquistar a jóvenes deseos de libertad.
El juramento de los
trinitarios evidencia el fervor de sus integrantes: “En el nombre de la
Santísima, Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y
prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan
Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva
del gobierno haitiano y a implantar una república libre, soberana e
independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República
Dominicana; la cual tendrá un pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules
atravesado por una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los
Trinitarios con las palabras sacramentales Dios Patria y Libertad. Así lo
prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome
en cuenta; y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”.
Después de muchas
luchas, invasiones, ocupaciones por parte de España, Francia y Haití, y con el
enorme aporte de La Trinitaria, los dominicanos consiguieron su Independencia,
el 27 de febrero de 1844. Veintisiete hombres, intelectuales, idealistas,
políticos, militares, quienes son recordados como patriotas en esa guerra,
entre ellos, Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón
Mella, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, fundador
y miembro de La Trinitaria, Félix María Ruiz, así como los demás trinitarios,
médicos, maestros, campesinos, obreros y todos los dominicanos que dieron su
vida por la libertad de nación.
Hoy, la invasión,
la ocupación y la dominicana de la República Dominicana cuenta con la
complicidad de los políticos, que forman movimientos para conseguir dinero del
Presupuesto de la nación; para repartirse el botín de los impuestos que pagan
la mayoría, dígase los pobres.
Y qué decir de las
amenazas, que ya no son por extranjeros, sino por los funcionarios que se roban
presupuestos de las instituciones que dirigen, mientras la población, desprotegida,
enfrenta inseguridad ciudadana, ataques de delincuentes y malvive en medio de
un mercado imparable de las drogas, el desempleo, los costos de los alimentos;
sufre por la mala calidad en los servicios de salud, educación, agua, energía
eléctrica y todo tipo de atención social.
En tanto, la corrupción en las
instituciones privadas y del Estado campea, y los políticos se hacen cada vez
más ricos con el dinero del pueblo, sin nadie que los castigue. La justicia se
hace cada vez más ciega, el Ministerio Público sigue atado a las decisiones del
Gobierno, que lo frena para no perseguir a los corruptos. Del otro lado, los
pobres comen con salarios de miseria y pierden las escasas representaciones con
que cuentan para exigir suelos que compensen sus cada vez más apretadas
jornadas de trabajo.
Así, los legisladores legislan para ellos, para tener
sueldos de príncipe y beneficios exorbitantes y vida de reyes, mismo tren en el
que se están montando los jueces.
¡Faltan muchos
Juan Pablo Durarte!!!!!!!!!!
Muchos trinitarios
que les duela su Patria y que luche por una menor vida de sus ciudadanos.
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