POR LLENNIS JIMÉNEZ
“La riqueza de
las naciones”. No se refiere a la cantidad de dinero que puedan tener los
países en banco ni las edificaciones o las tierras.
La riqueza de las naciones es una
investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. Su
autor es Adam Smith. Es una obra de economía, escrita en el idioma inglés, con
el nombre “An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations”. Fue
publicada en el 1776.
Es la obra más célebre de Smith y
es considerada el primer libro moderno de economía.
Smith fue un economista y
filósofo escocés. Fue uno de los mayores exponentes de la economía clásica,
debido a que fundaba su ideario en el sentido común.
Adam Smith
Smith expone su análisis sobre el
origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los Países Bajos.
Desarrolla teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la
moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo,
los salarios, los beneficios y la acumulación del capital.
Examina diferentes sistemas de
economía política, en particular, el mercantilismo y la fisiocracia; asimismo,
desarrolla la idea de un orden natural. Este «sistema de libertad natural»,
como lo llama Smith, es el resultado del libre ejercicio del interés individual
que beneficia exitosamente —sin proponérselo— al bien común en la solución de
problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la
libre competencia y del libre comercio.
La riqueza de las naciones es hoy
una de las obras más importantes de la disciplina económica y, para Amartya
Sen, «el libro más grande jamás escrito sobre la vida económica».
Adam Smith empezó la redacción de
“La riqueza de las naciones” en 1764, mientras era tutor del joven Duque de
Buccleugh, cargo por el que fue retribuido generosamente con una pensión
vitalicia.
Con ocasión de un «Grand Tour»,
un largo viaje por Europa con su alumno, pasó dieciocho meses en Toulouse,
invitado por el abad Seignelay Colbért.
Smith hablaba poco francés y la
mayoría de los escritores y filósofos que esperaba encontrar en Toulouse no se
encontraban en la ciudad, por lo que pronto se aburrió. Trabajó el proyecto
desde que era profesor de economía política y de otras materias en la
Universidad de Glasgow.
A finales de 1764, aprovechó un
viaje a la asamblea de los Estados del Languedoc en Montpellier, la región más
liberal de la Francia del Antiguo Régimen, donde consiguió que se adoptase el
libre comercio de grano, de lo que aparecen testimonios en el libro.
Tras su regreso a Gran Bretaña en
1766, Smith poseía un patrimonio suficiente para dedicarse de lleno a su obra,
y retornó a Kirkcaldy tras pasar algunos meses en Londres. La redacción era muy
lenta, entre otras razones por los problemas de salud de Smith. David Hume se impacientó,
y en noviembre de 1772 le ordenó acabar su obra antes del otoño siguiente «para
hacerse perdonar».
En 1773, Smith se instaló en Londres para acabar su
manuscrito y encontrar un editor. Todavía faltaban tres años para que La
riqueza de las naciones fuera publicada, en marzo de 1776. Smith quería dedicar
su libro a François Quesnay, pero la muerte de este en 1774 se lo impidió.